מֶלֶךְ בְּיָפְיֹו תֶּחֱזֶינָה עֵינֶיךָ תִּרְאֶינָה אֶרֶץ מַרְחַקִּים -Ἐν ἀρχῇ ἦν ὁ λόγος, καὶ ὁ λόγος ἦν πρὸς τὸν θεόν, καὶ θεὸς ἦν ὁ λόγος.

Porque escrito está: Vivo yo, dice el Señor, que ante mí se doblará toda rodilla, Y toda lengua confesará a Dios.

Lucas
23:42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 23:43 Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso.

domingo, 11 de abril de 2010

La semilla de Daniel

VÍCTIMAS DE LA VIOLENCIA




La semilla de Daniel
Rolando Carrizo, padre
opinion@prensa.com

Hoy se cumple un mes del asalto del cual fue objeto mi familia. El día 8 de marzo nos encontrábamos mi esposa, mis cuatro hijos y mi persona en la tranquilidad de nuestro hogar, cada uno atendiendo sus deberes, cuando mi hijo Daniel se dispuso a salir a los estacionamientos y en muy pocos minutos fue sometido por cuatro malhechores que estaban al acecho. Luego de amenazarle con armas automáticas, lograron ingresar a nuestro hogar, sometiendo igualmente al resto de los miembros de nuestra familia, atándonos de manos y acorralándonos en un pasillo donde siguieron amenazándonos mientras una parte de ellos se dedicaba a saquear nuestra casa.

La policía fue avisada y, estos delincuentes al notar su presencia en nuestra casa se descontrolaron de tal manera que iniciaron el fuego, realizando varias ráfagas de disparos que volaron por encima de los seis miembros de nuestra familia. Tristemente uno de esos disparos segó la vida de nuestro querido Daniel, el hijo más chico de la casa, de apenas 19 años de edad. Más triste fue que allí frente a nosotros, y viendo cómo corría la sangre del cuerpo de nuestro hijo, rogábamos que cesaran el fuego, pero estos delincuentes simplemente lo que les interesaba era retar a la autoridad, escapar y librarse de la ley.

Desde ese día 8 de marzo nuestra vida ha cambiado diametralmente. Por un lado, hemos tenido que lidiar con el intenso dolor de haber perdido a un precioso miembro de nuestra familia, y por otro lado, manejar el trauma psicológico que naturalmente genera una situación como ésta. No obstante, como cristianos, hemos tratado de incorporar la perspectiva divina en todo esto, algo bastante difícil porque los propósitos y designios del Señor no son necesariamente comprensibles por el ser humano, mas lo que nos sostiene es el saber que los mismos tienen fines de bien y no de mal, y que El es un padre de amor, que todo lo hace perfecto en su tiempo, aun el dar la vida, así como quitarla. Damos gracias a nuestro Dios por haber guardado al resto de la familia de una situación aún más dolora, y también damos infinitas gracias al Señor por la vida de Daniel y por habérnoslo prestado por estos 19 años.

Daniel luchó por sus ideales desde muy temprana edad y estaba muy claro acerca de su propósito de vida. Era un muchacho que amaba a Dios y que su único fin era ayudar a los que le rodeaban, y de eso dan fe sus amigos, y aquellos que inclusive no eran tan cercanos a él. Nuestro hijo demostró con obras su amor hacia el prójimo, apoyó a los niños y jóvenes de comunidades apartadas como las de Puerto Indio en Darién, que visitó en varias ocasiones para enseñarles valores y principios cristianos.

Su semilla y su legado son de gran valor, y como familia no dejamos de asombrarnos de lo que hizo. Hay aspectos que desconocíamos y que hoy estamos descubriendo a través de otros… son muchas las anécdotas, testimonios de personas que tuvieron contacto directo con él que confirman que él era un escogido del Señor; de hecho, son varias las personas que han determinado acercarse más a Dios, por el impacto que la vida de Daniel ha tenido en las suyas. ¡Realmente nos sentimos tan orgullosos de lo que él logró en este corto tiempo!

El evento que ha acontecido a nuestra familia ha despertado en esta nación un clamor por más seguridad y porque se haga justicia. Desde un principio vimos cómo autoridades, el Gobierno, los gremios de la sociedad civil y el panameño humilde han mostrado su solidaridad para con nosotros y esto lo vamos a capitalizar para evitar que más panameños sean objeto de una situación similar. Como familia hemos asumido el compromiso de continuar con la obra de Daniel y de cosechar los buenos frutos de la semilla que nos dejó.

Sabemos dónde está Daniel y eso también nos consuela, sabemos que está en la presencia del Señor y que su semilla seguirá dando frutos aquí en la tierra. Sabemos que se ejecutará la justicia terrenal, mas también sabemos que su sangre derramada será objeto de la justicia divina. Sabemos que algún día lo volveremos a ver tan sonriente como era aquí en la tierra, porque compartiremos la alegría de haber continuado su obra. “... el grano de trigo no produce nada, a menos que caiga en la tierra y muera. Y si muere, da una cosecha abundante”. Juan. 12:24

0 comentarios:

Publicar un comentario